Alondrina

I,
No te quiero, no te amo.
Sólo te pienso, te deseo:
tan cuero soy, que no te quiero.

II,
Te gusta sin música bailar,
te gusta cenar
y desayunar, claro, desyunarnos.
Fumar, correr y tomar,
trasnochar, no hablar, no llorar.

Así te imagino,
y un día te encuentro,
nos encontramos, transpiramos.
Así encontraré tres plumas entre las sábanas
y diré que te abandoné,
que era mejor y que alondra eras
triste, enamorada como todas
y que no eres golondrina,
que no.

Igual, siempre
siempre te vi golondrina.
Así, lo se,
me gustas golondrina
que no llora, ni alondra.
Alondrina, no me digas
que yo ya lo sabía:
golondrina.

III,
Espero que al menos me dejes una parte
de ese revuelto: instinto e intelecto, tu alma
síntesis de conciencia y carne cruda.
Todo sangre con cerebro.
Un pedazo que al menos me dejes,
para usar de visa en tu maqueta.

Juntando plumas entre sábanas
armé tu figura; y con tu alma
alondrina, te traeré de vuelta,
golondrina.

IV,
No te pido, no te quedes,
vuelve, vete, golondrina.
Así, armandote de nuevo
con trozos de alondritas.
Sólo pido que me dejes
un pedazo de alma tuya.
Y esperar, esperanzado;
que vueles, vuelvas,
golondrina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario