I,
Encerrado en una desolación
parecida al tiempo,
donde ya no puedo recordar
caricia alguna;
donde descubrí que los recuerdos
también tienen sentidos, tienen emociones.
A veces siento pena por mí, y más aún
por esos presagios que empiezan a cumplirse.
Las más, siento culpa por los otros,
y me insulto sin parar
al darme cuenta de que sigo siendo
tan, tan simple.
II,
Sabiéndome perdido a la inercia
sólo queda apurar el paso;
convencido de que, soltando
dos o tres sentimientos para siempre
más liviano puedo recorrer
ese camino que ya, no me trae sorpresas:
el camino directo (y sin fantasmas)
hacia el mismo muro
tantas veces imaginado.
Tantas
que me creo tener
una foto
y un ladrillo
guardados por ahí.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario