Barracas

Curiosos barrio, Barracas.
Con nombre que suena a barrio
pero nada tiene que ver, ni con barro.
Curioso barrio que tiene, por así decir,
como cualidad una falta, quiero decir,
que aunque busquen nunca encontrarán, yo les digo,
una esquina como dios mnada, es decir,
una calle y otra, y se cortan y cuatro esquinas
y nunca encontrarán, yo les digo, en mi barrio tal cosa.

Así es mi barrio de curioso
hasta para quien lo camina de día
y lo pasea de noche,
hace tantos días ya, que han formado
años los días que así ha pasado.

Es barrio de perros, de canes, de jaurías,
mi barrio.
Perros de panzas al sol,
de perros que no ladran -benditos sean-
pero sí muerden, pues de las aceras dueños son.

Barrio de mecánicos talleres,
de la broma permanente, mientras chapa y pintura;
la que acosa al menos alerta,
y entonces:
puteada y carcajada,
repuesto y balanceo.

Y lo voy a decir, porque mi barrio lo merece:
que mi barrio es hermoso
porque en él abundan las casas
y ninguna no es modesta.
Hermoso.

Barrio es el mío de poetas
que aún no han nacido.
Que le ha dado, a nuestra imaginación,
a falta de uno, dos puentes;
bellos como todo puente,
místicos como todo puente,
y un poco más también, Maxi, Darío.

Y acá nomás del final,
pero bien acá bien porteño.
Bien tango del nuestro
y del nuevo también... pero ¿y?

Bien barrio Barracas, con barro y con perros,
con erre y con rimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario