Tu puerto y mi muerte

Yo ya te elegí.
Ojalá a mí, vos también.
Aunque nos conozcamos menos
que el agua y lo mojado
Yo te elegí.

Te elegí lugar, provincia y país.
Hacia vos iré a pasar cinco días cualquiera,
o, un día antes de morir.

¿O las dos cosas? bueno, así sos:
ambiguo, así te sueño:
tan país como ciudad;
tan continente como cultura;
tan puerto como alegre.
Iré, no me esperes, Porto Alegre.
Será en una tarde, llena de frío...

Me calzaré el mate al brazo
Y me pondré unas ganas raras
de entrar a cualquier bar.
Y saldré a tu encuentro.
Y no haré nada más, que encontrarte.

Saldré a tu encuentro.
Será una tarde fría,
de las que siempre nos gustaron:
bufanda obligada, abrigo cómodo,
y algo de valentía.


Yo te encontraba primero, creo...
y decía: "Me has encontrado", o algo así...
Y así sabía que ya estaba muerto.
Así moría:
en una tarde de fría,
de esas que me contaron
que hay en Porto Alegre.

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